Con base en Chengdu, en la provincia de Sichuán y lugar de residencia de dos grandes amigos, este reportaje traza una línea entre dicha ciudad y la zona de influencia tibetana de la región en que ella se enmarca.
Desde la glotonería de los mercados y las mesas callejeras de apuestas al misticismo de las banderas colgantes y los lamas en lo alto de las montañas, estas imágenes pretenden demostrar la bondad de un pueblo donde uno se autopercibe ajeno, y eso imanta.