Estamos rodeados de objetos y gobernados por la constancia de nuestra psicología. Dicha mezcla crea cierta semántica entre la materia y las personas.
Me propongo narrar la Historia o, mejor dicho, una historieta, a través de algunos de esos elementos que viven en tanto en cuanto son interpretados por nuestros pensamientos.
Y, como en todo relato, el que prosa deja, casi sin intención, su sombra.